lunes, 28 de julio de 2008

Capítulo 9: Una nueva alianza

Desanimados por los pragmáticos Enanos y los neutrales Arteias, los Elfos se encontraban solos, sin aliados que llevaran a cabo la guerra con los Orcos. Abandonados a su suerte, los elfos se sorprendieron con la aparición de un extraño entre sus filas. El extranjero se arrodillo ante el rey Elfo, que se acercó para descubrir que era un representante de los Humanos. El extranjero llevaba una corona hecha con ramas de árboles.

"¿Qué ocurre, líder de los humildes Humanos?", pregunto el rey Elfo, "¿Vienes a burlarte de nuestra desdicha?"

El Humano hizo una reverencia con su cabeza y habló, "No, sabio rey. Venimos a ver si nuestras débiles fuerzas pueden ser de alguna ayuda".

Los Elfos se alegraron, puesto que aunque los Humanos eran insensatos y débiles, su gran número podía ser de ayuda en la batalla.

"Muy encomiable por vuestra parte, rey Humano", conformó el rey Elfo. "Insignificantes seres podéis ser, pero vuestra devota lealtad y voluntad de sacrificar vuestras vidas por nosotros es admirable. Vamos, adelante a la batalla para la victoria y vosotros ganareis estar directamente entre los Elfos?.

El rey Humano hizo una gran reverencia ante el rey Elfo, y levantando su cabeza, mirando a su homólogo Elfo. "Muy noble rey Elfo", dijo, "Nosotros los Humanos tenemos una petición que hacer antes de que combatamos por la gloriosa victoria de la raza élfica. Nuestro poder es insuficiente. Nuestros dientes no pueden siquiera arañar la piel de los Orcos y nuestras uñas son inútiles frente a sus músculos. Os rogamos, dadnos el poder de enfrentarnos a ellos. Enseñadnos los secretos de vuestra magia".

Esta atrevida proposición dejo a los Elfos furiosos y conmocionados. ¿Enseñarles magia a los Humanos? ¡Jamás! Los Elfos gesticularon, invocando hechizos para convertir al humano en un montón de ceniza, pero la líder élfica Veora intercedió. Ella sentía que la petición no era amenazante y debía ser honrada. Los Humanos eran demasiado débiles y es muy dudoso que ellos pudieran vencer a los orcos sin ayuda. Y con sus mentes inferiores, los humanos no serian ninguna amenaza incluso si fueran capaces de aprender magia. Y así, ella hizo un trato que mas tarde le costaría su vida.

Los Humanos absorbieron rápidamente los caminos de la magia, aprendiendo mucho mas rápido de lo que los Elfos habían anticipado. Los cuerpos humanos, aunque no eran tan fuertes como los de los Orcos, habían sido fortalecidos a través de la labor constante y la lucha interior entre su clase. Eran adeptos con sus manos y podían manejar hábilmente armas y casi cualquier cosa, su número incrementó de forma enorme e impresionante. En un corto periodo de tiempo, la armada humana se convirtió en una fuerza formidable.

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